Raros son los días en los que no se oye a alguien quejarse de la prepotencia, por no decir la dictadura, de la informática. Pronto, hasta para comprar una barra de pan se necesitará un código, que por cierto nadie nos habrá comunicado. En realidad, nos han transformado en seres esquizoides. ¡Qué maravilla poder hablar por whatsapp, gratis o por lo menos con la impresión de que es gratis, con el tío Sebastián, que se marchó a California hace mil años! O encontrar por Facebook a Encarnita, esa amiga del cole de la que no teníamos noticias desde hace cuarenta años, por lo menos. Pero, qué rabia da recibir una factura equivocada o tropezarse con un problema burocrático sin que sea posible dirigirse a alguien a quien poder exponer el problema, porque todo se resuelve online, lo cual significa que no se resuelve, a menos de tener entre veinte y treinta años y de ser titular de un máster de informática aplicada. Aplicada lo será, pero no siempre al bienestar del cliente. Bien, ¿y a qué vienen los talibanes en todo esto?.
Pues estos días, al estar todavía afectada -y saturada- por las noticias de Afganistán, apagué la radio, la tele, el teléfono e intenté hacer algo que en el mundo actual es, si no imposible, sí cuanto menos difícil: reflexionar. De la victoria talibán se pueden hacer dos lecturas. La primera es de índole política. Obviamente, el regreso al poder en ese pobre país de unos “señores de la guerra” que han demostrado ampliamente su capacidad de matar, torturar, humillar e ignorar todos los derechos humanos, es una catástrofe mayúscula que nos afecta a todos, una regresión terrible de la cultura y de la civilización. Y cómo no añadir que, como siempre, las mujeres son las primeras víctimas, aplastadas por el odio machista de unos seres ignorantes y despiadados. La segunda lectura es más iconoclasta, y eso es a lo que llamo la paradoja talibana. Que unos hombres salidos del medievo más obscurantista y armados inicialmente con un material desfasado, hayan podido derrotar al ejército más potente, sofisticado y más informatizado del mundo, demuestra una cosa: que el cerebro humano sigue sobrepasando a todos los online del mundo aunque sea verdad que ellos empiecen a incorporarse ahora también al uso de la redes sociales y demás.
Lo que nos enseña esa desgraciada victoria es la inmensa potencialidad de nuestra mente, cuando, incluso con recursos muy escasos, se mueve con fe, voluntad y obstinación. No sé cómo se dice “Yes we can” en lengua afgana, pero la verdad es que esos combatientes desastrados lo demostraron mucho mejor que Obama, y que las consecuencias de ello sobre la vida internacional serán tan tremendas como duraderas. Los talibanes han demostrado una energía, una astucia, una inteligencia táctica y estratégica excepcionales, nadie lo puede negar, pero lo han hecho en nombre de la superioridad de su religión y de la preservación de su modo de vida medieval, y para instalar el odio y la opresión como modelo de dominación.
Y ahora, una pregunta que se podrá tachar de ingenua: ¿por qué todo lo que ellos han puesto al servicio de la intolerancia y de la ignorancia no podríamos nosotros transformarlo en armas, sí, pero en armas para el progreso ecológico, económico, social, cultural, sanitario de la humanidad?.
Brillante reflexión. Gracias
Se demuestra una vez más que las ideologías son más potentes que las ideas o la razón
Y que los derechos humanos se usan para destruirnos desde dentro cuando se infiltran las quintas columnas medievales y fanáticas
Así nos lo demuestra lo que está pasando y es muy sorprendente.
La respuesta esta en la misma pregunta; han podido hacerlo porque no tienen ninguna de las limitaciones que una sociedad civilizada se ha impuesto a sí misma.
Y porque, dentro de esas mismas sociedades democráticas ( y precisamente por el hecho de serlo) hay distintas posiciones, ideologías y, hay que reconocerlo, distintos intereses.
Sí Ana pero cuántas otras limitaciones tienen. Los hay que ni siquiera lo intentamos. Los estudios señalan mucho descontento de la ciudadania pero no se ve grandes reacciones.
Terrores nocturnos me provoca la situación afgana.
De acuerdo en que la mente humana es superior.
Pero lo único que han hecho los talibanes ha sido esperar
Que los corruptos hicieran su trabajo? Que el dinero de agotara ?
Como siempre gracias
Echo en falta un apoyo contundente a las mujeres afganas.
Hola Eva: Te noto muy enfadada, y con razón.
A lo dicho sobre la tecnología de usuario, donde para encontrar un teléfono «amigo» has de navegar por el mapa web de la compañía en cuestión durante horas, dando por hecho que la solución existe (el número de teléfono al que llamar). Yo soy de los tuyos, pero en mi caso, además maldigo.
En cuanto a los talibanes y la situación en Afganistán, totalmente de acuerdo. No obstante, y aunque parezca un sin sentido, me ha sorprendido cómo esos desarrapados y desastrados que salen en la tele con sus fusiles en mano, llevan todos TELEFONO MÓVIL. Madre mía: se aprovechan de la tecnología (armas y móviles) para lo que quieren y su sociedad y en particular sus mujeres… a la Edad Media.
Por último, Europa delegó prácticamente (nuestra presencia en la zona es testimonial) en EEUU la «defensa» de occidente en oriente medio (a pesar de sus intereses geoestratégicos propios) y ahora no podemos llevarnos las manos a la cabeza. Si queremos que aquello mejore, ha de haber una voluntad MUNDIAL de los que entendemos los Derechos Humanos contra esos energúmenos.
Lo que quiero decir que cuando hablamos de la tecnologia debemos señalar que tiene muchísimo de positivo pero que como todo tiene sus limitaciones. Veamos lo que pasa con las personas muy mayores que no tienen acceso a la tecnología y cada día les quitan más ayudas vease en apoyo en la banca, charlar con robots,..