Algunas mañanas voy al armario y elijo entre mis túnicas más fashion de predicadora en el desierto. No es pesimismo: por mi experiencia en diversidad sé que a veces las cosas tardan, pero llegan, si la causa es buena. Hoy me visto para la defensa del talento Silver Age, uniéndome otra vez a quienes defienden la permanencia laboral de los seniors y también su contratación. Tiene su mérito en un país donde se tritura al profesional a partir de los 45, injusticia debida a prejuicios (inconstitucionales) contra la edad, más ceguera notable, dada nuestra situación demográfica. Esa ecuación demografía-población activa-futuro económico alarma en la OCDE y otras instancias, pero en España no la despejamos.
Las contradicciones se multiplican, empezando por la excusa curricular. Los jóvenes están súper formados, pero como no tienen experiencia van a morir al corralito de los 1000 euros perpetuos. Los seniors (desde los 40), como no están reciclados y blá, blá, blá, a la calle. Así que ni valen los títulos, ni vale la experiencia. Que alguien me lo explique.

Soy gran defensora de la cualificación y de la formación continua, pero hay un momento donde el currículo académico ya importa poco, sobre todo, en niveles directivos. Lo que cuenta es la sabiduría, la experiencia, la resolución de mil batallas, la agenda. El diploma ya no es la condecoración más refulgente del pasado. Recientemente, en el diario Expansión (1) venían a certificar que la titulitis estaba de capa caída, sobre todo pensando en cómo remontar las consecuencias económicas de la pandemia de Covid-19. Mencionaban, claro, a Amancio Ortega y el estupor que causaría descartarle por no tener un MBA tras verle en la pandemia adelantarse a los acontecimientos y poner toda su capacidad de negociación, logística y recursos al servicio de la sociedad. La capacitación académica es clave, pero la vida tiene otras demandas.
Para mí, el talento Silver está más allá de los 60 años, pero despilfarramos cabezas a los que quedan más de 10, 15 y hasta 20 años de trabajo por delante, así que ponen difícil defender que se puede trabajar mucho más allá de los 65/70. No obstante, me empeño en ello, porque además del sentido común (y el coco demográfico), me avalan pequeños pasos de empresas -las inteligentes- que empiezan a valorar la experiencia de los seniors y los silver: su capacidad de eliminar la hojarasca de la urgencia o el miedo -que se van a multiplicar en esta era post pandemia- para ir a lo esencial de los problemas y encontrar las mejores soluciones. Ojalá se generalice ese lento despegue de la experiencia. Después de la crisis del 2008 se empezó a contar con más gente de edad para ayudar a las empresas. Y alguna entidad financiera recurrió a sus prejubilados expertos en riesgo y morosidad para las fusiones bancarias pues eran los únicos que las habían vivido y trabajado.
De hecho, diferentes datos vienen señalando esa tendencia. Sé que esto convive con los despidos incentivados en grandes compañías o con los que se pueden producir tras los ERTES de esta crisis, pero la semilla está ahí. En agosto de 2016, por ejemplo, el propio Servicio Público de Empleo señalaba un 4.79% más de contrataciones de mayores de 45 años que en el mismo periodo del año anterior. Ayudaban las nuevas opciones de contratación y -por qué no decirlo- las rebajas de los sueldos entre un 25 y un 40%. El pasado año, Adecco mostraba optimismo moderado sobre la contratación de trabajadores y profesionales por encima de los 45 años, ya que el paro entre ellos se había reducido un 10% en el tercer trimestre de 2017 respecto al año anterior. Aunque otros indicadores son más precavidos. La Guía del Mercado Laboral 2018 de Hays resaltaba cómo únicamente un 4% de las empresas españolas tienen políticas destinadas a retener o captar talento por encima de los 45/50; solo un 17% había contratado por encima de esas edades y únicamente un 13% había elegido precisamente ese perfil. Otra forma de verlo es que, para más de la mitad de las empresas españolas, el porcentaje de trabajadores que superan los 50 años es del 19%.
En un momento de supervivencia y de rediseño de actividades, las cualidades que se requieren en muchos puestos y sobre todo en los de directivos y altos directivos tienen mucho que ver con las capacidades personales. Los silver age aportan, tras décadas de contacto con la vida real, la capacidad de priorizar, tomar decisiones no siempre agradables y temple para sostenerlas. Saben gestionar el tiempo y tienen un sexto sentido para demandar sacrificios sin desmotivar. Esas cualidades es más fácil atesorarlas a los 55 que a los 35 y, de hecho, se entiende que el punto óptimo de capacidad frente a entornos muy complejos está entre 55 y 65 años.
Es verdad que los jóvenes tienen intuición y arrojo, cualidades que multiplican su eficacia compensadas por el trabajo más a largo, la disciplina y el sentido común. Para una sociedad multitarea, dispersa, viajera, un perfil concentrado como el de los Silver es un contrapeso importante. Un mix de jóvenes y seniors aumentaría la creatividad en cualquier empresa a la hora de enfrentarse a problemas al generarse tanto ideas como oportunidades. Estamos además en un momento histórico donde la visión se ha ampliado al incorporarse plenamente las mujeres a la ruptura del ese pensamiento monocolor que imponen una edad homogénea, un único género.
En Japón dicen que el año 2020 se va a caracterizar por la entrada en la década de los Yold o Young Old, es decir, gente entre 65 y 75 años. Con una población cada día más avejentada y sin inmigración, Japón fomenta el que se siga trabajando y formando parte de la sociedad de forma comprometida. Precisamente los estudios demuestran, tanto en Japón como en Alemania, que los equipos intergeneracionales son más productivos, con un efecto colateral nada despreciable: los mayores ocupados consumen menos Sanidad.
La pandemia ha acelerado algunos cambios laborales como el teletrabajo y eso puede también beneficiar la cooperación intergeneracional al romperse, entre otras, las barreras de presencialidad. Lo que es importante es que, al mismo tiempo que se incorporen Silver Age, se luche contra los estereotipos de la edad, con iniciativas de las compañías más age-friendly, sin olvidar el apoyo de los gobiernos, aunque el español no parece aún muy concernido.
En definitiva, una sociedad que no reconoce el talento de cualquier edad, no sabe aprovecharlo, no sabe compensarlo tiene un porvenir tristemente descriptible.
(1) Expansión & Empleo. 6 de mayo de 2020. “Más saber menos currículo”.
Hola Eva, no se si me recordaras, estuvimos mas de una vez en contacto cuando yo era Director de Lipman/Verifone en España. Bravo por tu articulo, creo que tienes mucha razon el problema es que las sociedades del siglo 21, da igual que sea española u otra,aun no descubrieron la ventaja de emplear a un sector de la poblacion que puede ayudar y mucho a reactivar el mercado. Aqui en Israel (donde vivo), el gobierno llego a la conclusion que hay un porcentaje de la poblacion de los 50 a 70 años que va en aumento y el gobierno tiene que pagar pensiones y es muy costoso, por consiguiente ha creado una serie de empresas de recursos humanos promocionadas por el propio gobierno para buscar empleo a este sector de la poblacion y ofrecer sus servicios con unos costes para el empleador muy beneficioso, el problema fue que con el Covid-19 re ralentizo todo este proyecto.. Enfin Eva, una vez mas te felicito por tu articulo y espero que sigas deleitandonos con tus buenos consejos. Un cordial saludo
Marcos Barchilon
Claro que me acuerdo de tí, Marcos. Te conocí cuando creamos la Camara de Comercio España-Israel. Yo sigo en la ejecutiva y el comercio bilateral va bien. Lo que ha puesto en marcha Israel lo tendrán que poner en marcha en otros paises y aqui mismo donde ya hay 9 millones de pensionistas que, además en tiempos d crisis y pandemias, tiran de la familia y la mantienen. Para lo que necesites evalevy@evalevyandpartners.com. Un abrazo.
Eva,ya son 33 los años que nos conocemos ,los dos pasamos de los 65,y seguimos al pie del cañon,yo como asalariado y mas de 67,esperando que el dia menos pensado me digan que me quede en casa…
¿En casa?
No me veo,ni me lo creo.
Ya no se si somos silver,gold ,platinum.
Creo sinceramente que somos seres atemporales,que estamos vivos por el coco y las ganas de vivir y transmitir experiencias,conocimientos y con la capacidad de aprendizaje suficiente para entender al resto del mundo.
Eso si,de forma selectiva,para no gastar energias inteligentes.
Y tu,Eva añades persistencia en comunicar en lo que crees,roca de donde pudo salir la tabla de Moises, indesmayable al desaliento eres ejemplo a seguir.
Firme en tus convicciones,feminista de verdad,cuando estas ministras feministas de ahora no habian nacido.
Has sido una rebelde con causas por las que defender desde la legitimidad.
Leal en la amistad,y leona en la manada…en forma figurada con la familia.
Podria seguir escribiendo sin fatiga y de tacada de Eva Levi ,ahi es nada.
Gracias, Carlos. Yo seguiré peleando mientras tenga fuerzas. Estoy dando conferencias en ESADE, ICADE,.. incluso ahora en la segunda oleada. Cuand quieras llámame y tomamos un café y recordamos tiempos pasados. Recuerdos a Ana e hijos.
Gracias Eva, por facilitar la sensibilización sobre la madurez en el trabajo.
No es una nueva discriminación, pero si es cierto que gracias a la calidad de vida que disfrutamos, la esperanza de vida es mayor. En esa esperanza no sólo está la salud, sino también el trabajo, el progreso, el reconocimiento y la generosidad de devolver parte de lo que la vida nos da, sabiduría.
Me congratuló y apoyo con todo tipo de lucha contra la desigualdad, género, raza, orientación sexual y no solo desde la generación de nuevas leyes y programas sino desde lo que creo que tiene mayor impacto, la sensibilización de la población en estos temas.
Por esto, Eva, una vez más tengo que darte la enhorabuena, la edad es otro tipo de discriminación oculta que no merece comparar con las otras, pero es igual de reprochable y necesaria de abordar.
Gracias Eva por tu inspiración una vez más.
Gracias, Almudena, pasasda la pandemia volveremos a la carga. Ningún gobierno puede asumir tantas pensiones así que estara abierto a otros soluciones. Hasta ahora todo han sido impedimentos para poder trabajar.
Hola Eva
Mi amiga Mercedes Lopez me pasó tu artículo y me encantó.
Estoy haciendo una investigación sobre prácticas de Recursos Humanos en la etapa previa al retiro por jubilación en el marco de mi tesis de Maestría y me encantaría poder tener una conversación contigo para incluirte como referente.
¿Te interesa? ¿Cómo te parece que podríamos coordinarlo?
Desde ya muchas gracias
Graciela
Gracias Graciela. En mi página web encontrarás más artículos sobre los silver age. Si quieres que te incluya en mi lista de distribución escribeme a mi mail evalevy@evalevyandpartners.com. Si te puedo ser útil en tu investigación, no dudes en contactarme. Saludos