Mi mamá es digital

Este curso ha sido de lo más agitado para quienes estamos en la causa de las mujeres. Buenas noticias contantes y sonantes; anuncios de grandes propósitos…, aunque no han faltado historias sórdidas y violentas que nos recuerdan lo mucho que queda por hacer. Pero me voy de vacaciones -¡es un decir!- especialmente animada con el descubrimiento de una iniciativa que parece pequeña, modesta, pero de las que tienen una repercusión sorprendente a largo plazo. Se trata del primer Programa de Madres Digitales organizado por la Asociación Alcalá en Familia y Computerworld University con el pleno apoyo del Ayuntamiento de Alcalá de Henares.

El programa no es una cosa cualquiera. Diseñado por la Cátedra UDIMA-IDG para la Transformación Digital, pretende convertir a las madres en líderes de la tecnología en sus hogares, de forma que se ganen el respeto de sus hijos –tan nativos digitales ellos- y, sobre todo, sirvan de inspiración a sus hijas, de manera que se interesen por las tecnologías al verlas representadas de manera natural por mamá, cuyo ejemplo tanto le influye consciente e inconscientemente.

Quienes suelen leerme saben lo que me preocupa la ausencia de mujeres en las famosas carreras STEM, ese acrónimo anglosajón para referirse a las ciencias, las tecnologías, las ingenierías y las matemáticas. Por supuesto, hay que seguir la propia vocación, pero si no hay más chicas en esos espacios –y me refiero a todos los niveles: desde doctoras hasta auxiliares- es porque siguen juzgando esas especialidades como masculinas o, lo que es casi peor, como poco femeninas. Las niñas y jóvenes todavía se retraen frente al temor a parecer empollonas y raras, además de por una visión de sí mismas muy pobre, puesto que no valoran sus logros en los campos matemáticos, por ejemplo, como iguales a los de los chicos, aunque sea una percepción totalmente errónea.

Algo se está moviendo y muchas científicas y tecnólogas se están acercando a las niñas para estimular su curiosidad y la seguridad en sus sueños, pero queda tarea porque, por ejemplo, solo el 14% de los estudiantes de informática en España son mujeres. Gran parte de los puestos del futuro –de hecho ya faltan perfiles en el presente, sobre todo en España- los cubrirán personas preparadas en los campos STEM. Eso significa que también serán empleos bien remunerados y si las jóvenes no están ahí, esta vez no podrá recurrirse a la inercia de la discriminación, ni criticarse ninguna brecha salarial porque estaremos ante un caso puro y duro de autoexclusión.

A las madres digitales de esta primera promoción alcalaína nadie les ha pedido que programen la próxima expedición a Marte de la NASA –o de la Agencia Espacial Europea, barramos para casa-, pero sí que se manejen con soltura y utilicen sus conocimientos tecnológicos en su propio beneficio, sea en el trabajo, sea en casa. Y en casa eso significa aprovechar las posibilidades de la tecnología en la vida cotidiana, pero también para ayudar a los hijos y saber de paso en qué mundo se mueven.

Puesto que los niños y adolescentes valoran mucho la tecnología, una madre digital gana en prestigio y no es cosa de despreciar la trascendencia de ese detalle. De hecho, el programa ha interesado ya a otros ayuntamientos y a otros países, especialmente americanos.

La Cátedra UDIMA-IDG para la Transformación Digital la dirige Marlon Molina, un hombre muy inquieto, que compatibiliza importantes responsabilidades con iniciativas como esta: sencilla, accesible pero muy ambiciosa. Y las alumnas, por cierto, reciben su formación de empleados voluntarios de empresas como atSistemas, Data Social, Liferay, DXC, Intel, Huawei, Instituto Mm, Mamicenter y AMPG Internacional.

Espero que esta primera promoción de madres digitales le saque mucho partido a sus conocimientos este verano y que cunda el ejemplo el próximo curso. Les confieso que yo me apuntaría…

Deja un comentario

Su dirección de correo no será publicada. Los campos requeridos están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.